Antes que nada, eso si, mandar mi más fuerte apoyo y un millón de agradecidos abrazos a todos los que de alguna manera se sienten indignados y actúan de forma contundente pero no agresiva contra un sistema que parece haberse olvidado del significado del término "Democracia".
Pocos habrán que no lo sepan, tanto en España como en casi cualquier parte del mundo, pero nos hayamos sumidos en una crisis. Crisis que por más que algunos se empeñen en insistir es más social y política que meramente económica, ya que vemos cada día como la cuerda que sostiene las bases de nuestro querido estado de bienestar, se rompe a cada día con más virulencia y siempre por el lado más debil.
No caeré en el tópico de "cualquier tiempo pasado fué mejor", ya que atrás hemos dejado y por suerte, un mezquino golpe de estado, una horrible guerra civil y una trágica postguerra, al tiempo que hemos ido adquiriendo una serie de comodidades y un buen puñado de libertades y derechos. Sin embargo y pese a todo ello, hay algo que parece que hemos ido perdiendo en este largo peregrinaje transcurrido desde el cada vez más lejano 1936 hasta hoy: El espíritu de lucha.
Da la sensación de que nos hemos vuelto dóciles y conformistas. Las nuevas generaciones hemos tenido suerte y hemos crecido lejos de todo ese pasado trágico y que cada día suena más remoto, hemos tenido Petit suisses, Game Boys y hasta Internet, hemos salido al extranjero y aprendido idiomas, pero al tiempo una gran mayoría de nosotros nos hemos domesticado. Cada día parece costarnos más sacar la cara por el de al lado e incluso por nosotros mismos, en ocasiones nos supone un terrible esfuerzo implicarnos en una serie de actividades que deberían sernos innatas: Leer, escribir, informarnos, opinar, debatir sin pelear y tener criterio.
Esto que parece de Perogrullo, no lo es tanto, nos hemos acostumbrado a que nos lo den mascado todo. Lo que somos, lo que pensamos, lo que vestimos, lo que queremos. Esto ha desembocado en que amparados en una crisis en la que no hemos tenido voz ni voto, nos han dado una palmada en la espalda o una patada en el trasero (según la suerte) y nos hemos visto en el paro, con carreras que no parecen valer para nada, sin vivienda y sobre todo sin rumbo.
Desde fuera, costaría creer que pese a nuestras facilidades y posibilidades, nos hayamos sentido así de abatidos, de desamparados, de desesperados... Pero es lo que hay, no hemos hecho nada y nos han ido comiendo la tostada las grandes entidades, los grandes bancos, las grandes fortunas, los grandes intereses, los grandes medios de comunicación y hemos acabado siendo un gran montón de gente muy pequeña que nos hemos ido sintiendo cada día más y más pequeños...
Esta verdad, ha sido nuestra realidad y la hemos hecho nuestra, hemos dejado que la política haya quedado reducida a un juego de dos, donde pase lo que pase, uno gana, el otro triunfa y todos perdemos. Donde los contratos indefinidos se han convetido en utopías y donde los bancos se permiten el lujo de cobrarnos comisiones por el esfuerzo de habernos cobrado otras comisiones.
Sin embargo, aunque todos sepamos, creamos y pensemos en cosas como esta, no hemos actuado en modo alguno... hasta hace poco, exactamente un mes y 5 días.
Ese día, el 15 de Mayo de 2011, nos miramos los unos a los otros y nos dimos cuenta de que estabamos hartos y de lo más importante, de que no estábamos solos. De que en el fondo, todos estamos en el mismo barco, pero que nunca nos había dado por remar juntos...
Desde ese día muchos reman y otros, de una forma o de otra les alentamos o les miramos con envidia o con cobardía por no estar remando con ellos. El caso es poco a poco el barco está empezando a navegar y es un barco tan grande que aunque vaya muy despacio, desplaza mucha agua con él.
Es por eso que de repente, esos políticos que han jugado a un juego del que nunca supimos las normas, quieran navegar con ellos, o mejor dicho... con nosotros. Han visto que hay mucho en juego y que lo pueden perder y han querido de una forma de otra, llevarnos con ellos o quitarnos de en medio y justamente ahí es donde entra en juego el título de este post.
Todo el mundo sabe de que pie cojea cada uno y no es necesario recordarlo. Aún así, algunos se empeñan en recordárnoslo una y otra vez, como es el caso de la cadena de televisión "TeleMadrid".
Desde hace un tiempo, se dedican a ningunear el movimiento del 15-M, a minusvalorar su presencia cuando es posible y a criticarla y atacarla cuando no lo es. En realidad, es una buena señal, ya que cuanto más se empeñen en hacerlo, más patente es el hecho de que hay algo que tener en cuenta.
El caso, es que recientemente, en su programa "El Círculo", la ¿periodista? María López se dedicó a informar del modo más partidista posible acerca del movimiento de "Los indignados" tildándolos de agresivos y violentos e ilustrando sus opiniones con imágenes que supuestamente mostraban las actividades vandálicas de los indignados contra la policia.
Resultaron llamativas dos cosas:
La primera, que ella afirmaba que dichas imágenes fueron tomadas el día en que los Mossos d'esquadra desalojaron a los manifestantes que ocupaban la Plaza de Cataluña en Barcelona. Dicha informació resultaba dificil de creer, después de haber visto infinidad de imágenes en la que los Mossos apaleaban sin piedad alguna a los manifestantes que sentados en el suelo y con los brazos en alto, aguantaron los palos con estoicidad.
La segunda de las cosas que llamó la atención, fué el hecho de que la policía llevaba uniformes verdes y escudos con inscripciones en griego y los manifestantes portaban banderas de Grecia... Evidentemente las imágenes no correspondían, no sólo al día que habían mencionado en el informativo, si no que ni siquiera se trataba de la misma manifestación, ni del mismo país.
Lo lamentable es que a pesar de un caso tan flagrante de manipulación informativa, la cadena ha optado no sólo por no rectificar y pedir disculpas, si no que han optado por tapar su indignante actitud achacándolo a una errata personal y emitiendo una nueva ristra de imágenes en las que se supone que, esta vez si, íbamos a poder contemplar la violencia de los indignados.
Lo más llamativo del caso, es que entre esta nueva remesa de imágenes, sólo en una de las cinco aparece un joven lanzando un bote de refresco, mientras sostiene en la mano algo que parece un pasamontañas de lana y que la emisora de televisión identifica como un "pedrusco" que iba a ser lanzado, siendo la única imagen en la que pueden basar su crítica al "violento" movimiento. En las demás imágenes no se aprecia ningún tipo de actitud ni violenta, agresiva, ni desde luego reprochable.
El "Pedrusco" |
Llama la atención, eso si, la lamentable actitud demagógica de la presentadora que al mismo tiempo que solicita que la mencionada manipulación informativa, no sea vinculada a la cadena, si no a su persona, argumentando que en ningún caso es atribuible responsabilidad alguna a la emisora por una "errata personal", se atreve a tildar de movimiento violento a todo un colectivo, a partir de la una única fotografía que han sido capaces de encontrar con una persona en actitud minimamente beligerante.
Por tanto, reclamo desde aquí, al igual que supongo que muchos, un control ante las informaciones completamente parciales y manipuladas que se nos brindan desde algunos medios de comunicación, asi como responsabilidades por las evidentes consecuencias que puedan tener dichas manipulaciones de cara a la información y opinión de los espectadores.
Si alguien tiene curiosidad, aqui puede ver ambos videos de Telemadrid.
¡Animo Indignados, estamos con vosotros!