Recientemente leí acerca de un experimento sociológico que me pareciió realmente curioso. Este experimento fue realizado sobre una sociedad de chimpancés -con los cuales se supone que compartimos cerca del 99% del ADN- y que consistía en lo siguiente:
Se introdujo al grupo de chimpancés en una sala que tenia una pequeña plataforma en alto a la que sólo se podía ascender a traves de una escalera y en dicha plataforma se colocó un racimo de plátanos.
Tras las primeras investigaciones de los chimpancés por su nuevo hogar, pronto dieron con los plátanos, pero cada vez que alguno de los chimpancés trataba de alcanzar los plátanos, se regaba con una manguera a presión a los chimpancés que no habían intentado subir.
Esta práctica se mantuvo, de manera que con el paso de los días, cuando un chimpancé trataba de subir, los demás que ya sabían lo que les esperaba, se lo impedían atacándole o amenazándole.
De esta forma al cabo de poco tiempo ninguno de los chimpancés trataba de subir, era peor el castigo físico de los demás que la tentación de los plátanos.
Llegados a un punto fué cuando comenzó el verdadero experimento. Sustituyeron a un chimpancé del grupo por otro que no había estado nunca en la jaula. Tras un breve periodo de adaptación, intentó de forma lógica subir a por los plátanos. El castigo por parte de los demás chimpancés no se hizo esperar y ni siquiera tuvo la oportunidad de subir, de forma que pasado un breve tiempo, no lo volvió a intentar.
Unas semanas después, sustituyeron a otro de los chimpancés que llevaban más tiempo por otro que tampoco había estado nunca en la jaula. Al igual que pasó en el caso anterior, trató de subir a por los plátanos, pero rapidamente todos los chimpancés se lo impidieron. Llamó la atención que también participara en la reprensión el último chimpancé en llegar a la jaula y que nunca había sido mojado por la manguera.
De este modo, fueron cambiando paulatinamente todos y cada uno de los chimpancés de la jaula por chimpancés que nunca habían estado en ella, y las reacciones fueron repitiéndose una y otra vez. Al principio intentaban subir, pero pasado un tiempo dejaban de intentarlo para evitar la reprimenda por parte del resto, en la que además siempre participaban los chimpancés que habían sido introducidos poco tiempo antes.
Llegado un momento dado, todos los chimpancés de la jaula fueron sustituidos y por tanto, todos los que quedaban dentro, eran chimpancés que nunca habían sido regados con la maguera a presión. No obstante, a pesar de que ninguno de ellos sabía del castigo que conllevaba subir a la plataforma, ignoraban completamente los plátanos.
En este momento, llega la hora de evaluar el experimento, ya que si se le hubiera preguntado a alguno de esos chimpancés por qué no subían a la plataforma aunque había un buen montón de plátanos, o por qué había que castigar a cualquiera que intentara hacerlo, seguramente responderían algo parecido a "Siempre se ha hecho así".
Si intentamos mirarnos en este experimento, seguramente todos prodemos recordar algún tipo de actividad en nuestras vidas cotidianas en las cuales actuamos de la misma manera, lo hacemos porque nos enseñaron a hacerlo de esa forma, aún sin tener lógica ninguna y sin una explicación razonable... y es que "Siempre ha sido así".
Se introdujo al grupo de chimpancés en una sala que tenia una pequeña plataforma en alto a la que sólo se podía ascender a traves de una escalera y en dicha plataforma se colocó un racimo de plátanos.
Tras las primeras investigaciones de los chimpancés por su nuevo hogar, pronto dieron con los plátanos, pero cada vez que alguno de los chimpancés trataba de alcanzar los plátanos, se regaba con una manguera a presión a los chimpancés que no habían intentado subir.
Esta práctica se mantuvo, de manera que con el paso de los días, cuando un chimpancé trataba de subir, los demás que ya sabían lo que les esperaba, se lo impedían atacándole o amenazándole.
De esta forma al cabo de poco tiempo ninguno de los chimpancés trataba de subir, era peor el castigo físico de los demás que la tentación de los plátanos.
Llegados a un punto fué cuando comenzó el verdadero experimento. Sustituyeron a un chimpancé del grupo por otro que no había estado nunca en la jaula. Tras un breve periodo de adaptación, intentó de forma lógica subir a por los plátanos. El castigo por parte de los demás chimpancés no se hizo esperar y ni siquiera tuvo la oportunidad de subir, de forma que pasado un breve tiempo, no lo volvió a intentar.
Unas semanas después, sustituyeron a otro de los chimpancés que llevaban más tiempo por otro que tampoco había estado nunca en la jaula. Al igual que pasó en el caso anterior, trató de subir a por los plátanos, pero rapidamente todos los chimpancés se lo impidieron. Llamó la atención que también participara en la reprensión el último chimpancé en llegar a la jaula y que nunca había sido mojado por la manguera.
De este modo, fueron cambiando paulatinamente todos y cada uno de los chimpancés de la jaula por chimpancés que nunca habían estado en ella, y las reacciones fueron repitiéndose una y otra vez. Al principio intentaban subir, pero pasado un tiempo dejaban de intentarlo para evitar la reprimenda por parte del resto, en la que además siempre participaban los chimpancés que habían sido introducidos poco tiempo antes.
Llegado un momento dado, todos los chimpancés de la jaula fueron sustituidos y por tanto, todos los que quedaban dentro, eran chimpancés que nunca habían sido regados con la maguera a presión. No obstante, a pesar de que ninguno de ellos sabía del castigo que conllevaba subir a la plataforma, ignoraban completamente los plátanos.
En este momento, llega la hora de evaluar el experimento, ya que si se le hubiera preguntado a alguno de esos chimpancés por qué no subían a la plataforma aunque había un buen montón de plátanos, o por qué había que castigar a cualquiera que intentara hacerlo, seguramente responderían algo parecido a "Siempre se ha hecho así".
Si intentamos mirarnos en este experimento, seguramente todos prodemos recordar algún tipo de actividad en nuestras vidas cotidianas en las cuales actuamos de la misma manera, lo hacemos porque nos enseñaron a hacerlo de esa forma, aún sin tener lógica ninguna y sin una explicación razonable... y es que "Siempre ha sido así".
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