Este proceso, conocido como partenogénesis y en el que en él es posible la reproducción asexual dando lugar a descendientes clones geneticamente iguales al progenitor, es relativamente común en seres vivos más simples, tales como ciertos insectos e invertebrados, pero se trata de algo realmente inusual, aunque no único en seres complejos, como pudiera ser una serpiente y generalmente se trata de una técnica "extrema" de reproducción en situaciones en que no hay machos disponibles para la reproducción.
Al parecer, aunque partenogénesis espontánea es extremadamente rara entre los vertebrados, ha sido observada entre determinados peces, incluso grances como el pez martillo, algunos reptiles, como el dragon de Komodo e incluso algunas aves como el pavo o el pollo. Eso sí, parece ser imposible para los mamíferos, cuyas particularidades genéticas hacen imprescindible la presencia del genoma materno y paterno. A pesar de esta imposibilidad natural, ha sido obtenido en el año 2004 en Tokio mediante modificaciones genéticas, un ratón partenogénico, es decir, huérfano de padre.
Dragón de Komodo. |
A pesar de ello, el Doctor Warren Booth, de la Universidad de Carolina del Norte y descubridor del hallazgo, afirma que podría no ser tan extraño como se cree entre miembros de esta especie.
Una de las boas partenogénicas. |
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