Cine: Amanece que no es poco.

Ha llegado el momento de escribir la entrada nº 20. Esta entrada tiene como objetivo celebrar los 20 años del estreno de la mítica película de Jose Luis Cuerda "Amanece que no es poco".

Esta surrealista y fenomenal película, cuenta la historia de un peculiar pueblo de la España profunda, donde nada es lo que parece, y tanto lo que parece, como lo que es, acaba convirtiéndose en un completo disparate. Un pueblo, donde se representan en un único cuadro a las minorias étnicas representadas por Ngue Ndomo Alvarez Martinez, a los inmigrantes extranjeros (que unos días deben ir en bici y otros días oler bien), a los intelectuales, a los Estadounidenses, a los alcaldes, a los suicidas, a los borrachos y los puteros, a la Guardia Civil, a la Iglesia, a la Escuela... y todo desde un punto de vista tan disparatado como auténtico.

En esta obra maestra del cine español, podemos ver a un jovencísimo Gabino Diego, en el que considero uno de sus mejores papeles, haciendo de joven estudiante estadounidense. Creo que nunca podré olvidar ese "Usted, alcalde nos toca las pelotas" con ese perfecto acento digno de la Universidad de Yale.

Desde el día que vi esta película por primera vez, no puedo evitar ver a Faulkner con otros ojos, y es que si pueden encarcelarte por plagiarle, algo de bueno tiene que tener, no puedo más que esperar ver brotar a un hombre de la tierra cada vez que paso por un cultivo (si no se agosta, claro está), no puedo evitar recordar la mítica escena entre el entrañable Luis Ciges y Antonio Resines, cuando al ir a meterse en la cama, le dice el padre(Ciges) al hijo (Resines).
-Me respetaras, ¿no?, que un hombre en la cama, siempre es un hombre en la cama.

No podré nunca evitar canturrear cada vez que escucho la palabra "corazón" esa canción interpretada por el maestro que siempre hubiese querido tener (aunque él piense que sólo sea rural), ni podré evitar recitar diez o doce preguntas acerca de las Ingles (La ingle y Dios, ¿Es cierta la Ingle?...), cuando pienso en un examen.

Evidentemente si alguien no ha visto esta película, no entenderá nada y pensará que definitivamente me he vuelto loco, pero creo que no tendrán realmente claro el concepto de locura hasta que no dediquen una tarde de su vida a esta contundente e hilarante sucesión de disparates.

Pasarán otros 20 años, y seguirá tan fresca como entonces, y tan fresca como ahora... y es que por muy mal que esté el panorama del cine en España...¡Amanece, que no es poco!.