Las guerras han sido algo frecuente en la historia del hombre, tal y como hemos visto en algunos post anteriores, tales como acontecimientos del siglo XX o las anécdotas de la Batalla de Marne. De hecho, el origen de los conflictos bélicos son tan antiguos, que podemos remontarnos miles de años atrás y seguiremos encontrando infinidad de guerras, batallas y conquistas, como las que se dieron en Egipto o en Mesopotamia. Y es que los hombres, es bien sabido que son guerreros. Pero ... ¿Qué sucede con las mujeres?.
Antes de seguir hablando de guerras, conviene echar la vista atrás y fijarnos en Aristófanes, un dramaturgo griego, nacido en el año 444 a.C y que aparte de detestar a Sócrates, escribía casi siempre en forma de comedia, innumerables obras en las cuales relató con cierta sátira las costumbres de la vida en Grecia y gracias a las cuales han podido saberse muchas de las circunstancias que acompañaron la convulsa época en la que vivía la Grecia de entonces, completamente inmersa en la llamada Guerra del Peloponeso.
Una de las obras más famosas de Aristófanes, Lisístrata, surge como consecuencia de este beligerante periodo, ya que Aristófanes se manifestaba claramente en contra de la predisposición gubernamental de enviar al pueblo a guerrear.
Lisístrata, cuenta la historia de una joven mujer que da nombre al relato, esposa de un soldado ateniense, que desolada por los frecuentes enfrentamientos entre Atenas, Esparta y demás polis griegas decide iniciar una peculiar revolución pacifista.
Antes de seguir hablando de guerras, conviene echar la vista atrás y fijarnos en Aristófanes, un dramaturgo griego, nacido en el año 444 a.C y que aparte de detestar a Sócrates, escribía casi siempre en forma de comedia, innumerables obras en las cuales relató con cierta sátira las costumbres de la vida en Grecia y gracias a las cuales han podido saberse muchas de las circunstancias que acompañaron la convulsa época en la que vivía la Grecia de entonces, completamente inmersa en la llamada Guerra del Peloponeso.
Una de las obras más famosas de Aristófanes, Lisístrata, surge como consecuencia de este beligerante periodo, ya que Aristófanes se manifestaba claramente en contra de la predisposición gubernamental de enviar al pueblo a guerrear.
Lisístrata, cuenta la historia de una joven mujer que da nombre al relato, esposa de un soldado ateniense, que desolada por los frecuentes enfrentamientos entre Atenas, Esparta y demás polis griegas decide iniciar una peculiar revolución pacifista.
En esta obra, la protagonista, consigue reunir a la mayoría de las mujeres de Atenas y Esparta, a las cuales logra convencer de comenzar una huelga de piernas cruzadas que ponga fin al eterno conflicto. Esto quiere decir, que en adelante y mientras los hombres se empeñaran en mantener el conflicto, las mujeres, tanto esposas, como solteras e incluso prostitutas de Atenas y Esparta, se negarían a mantener relaciones sexuales con los hombres al tiempo que se mostrarían lo más sensuales y atractivas que les fuera posible. De manera que los hombres estuvieran siempre deseosos viéndose al mismo tiempo rechazados.
Poco a poco, y tras hacerse pública la huelga sexual, esta curiosa revolución, pese a la escasa predisposición inicial de las mujeres e incluso de las "recaidas" de muchas de ellas ante la tentación, se extiende y refuerza rapidamente, de manera que en poco tiempo, los hombres de ambos bandos, incapaces de afrontar la "dura" situación deciden buscar alternativas paíficas para poner fin al conflicto bélico.
Da que pensar por tanto que esta curiosa obra de hace más de 2000 años, plantee un simple conflicto de prioridades como una solución más humana y más racional ante lo irracional de todas las guerras, siempre tan plagadas de mezquinos intereses.
Poco a poco, y tras hacerse pública la huelga sexual, esta curiosa revolución, pese a la escasa predisposición inicial de las mujeres e incluso de las "recaidas" de muchas de ellas ante la tentación, se extiende y refuerza rapidamente, de manera que en poco tiempo, los hombres de ambos bandos, incapaces de afrontar la "dura" situación deciden buscar alternativas paíficas para poner fin al conflicto bélico.
Da que pensar por tanto que esta curiosa obra de hace más de 2000 años, plantee un simple conflicto de prioridades como una solución más humana y más racional ante lo irracional de todas las guerras, siempre tan plagadas de mezquinos intereses.
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