Nos encontramos en un periodo crucial en la historia de Francia y de Europa, la Revolución Francesa. Girondinos y Jacobinos buscaban hacerse con el control de la política del país.
La revolución extremista de Robespierre, el cabeza visible de los Jacobinos, contra un sistema soberano basado en el autoritarismo feudal y su golpe de estado para hacerse con el gobierno en 1793 desembocaría en el llamado Reinado del Terror, una época en la que más de 10.000 personas fueron ajusticiadas y guillotinadas bajo sospechas de ser antirrevolucionarios.
Es en este panorama, cuando un nombre de mujer saltó a la palestra para convertirse en una de las destacadas figuras de este tiempo: Marie Anne Charlotte Corday d'Armont, más conocida como Charlotte Corday o incluso Carlota Corday en algunas fuentes y que había nacido en 1768, por lo que sólo contaba con 25 años en esta convulsa época.
La revolución extremista de Robespierre, el cabeza visible de los Jacobinos, contra un sistema soberano basado en el autoritarismo feudal y su golpe de estado para hacerse con el gobierno en 1793 desembocaría en el llamado Reinado del Terror, una época en la que más de 10.000 personas fueron ajusticiadas y guillotinadas bajo sospechas de ser antirrevolucionarios.
Es en este panorama, cuando un nombre de mujer saltó a la palestra para convertirse en una de las destacadas figuras de este tiempo: Marie Anne Charlotte Corday d'Armont, más conocida como Charlotte Corday o incluso Carlota Corday en algunas fuentes y que había nacido en 1768, por lo que sólo contaba con 25 años en esta convulsa época.
Charlotte Corday.
Corría el año 1793, el Rey Luis XVI había sido guillotinado, en gran medida gracias a las presiones de Marat, miembro destacado de la facción más extremista de la revolución, quien era amado por los sectores más humildes como detestado por la aristocracia y la burguesía a la que atacaba fieramente desde su periódico.
Corday, desde una edad temprana había sentido admiración por el movimiento girondino, más conservador y orientado hacia una monarquía. Es por tanto que veía en Marat, quien en esos momentos triunfaba en París, la personificación de aquello que más detestaba: los jacobinos.
Marat, por su parte, disfrutaba de pleno reconocimiento y sólo una molesta enfermedad de la piel que le causaba grandes picores que solamente podía calmar sumergiéndose en una bañera, parecía enturbiar su situación. Es desde esa bañera, donde Marat escribía la mayoría de artículos que solía publicar en su periódico "L'Ami du peuple".
El 13 de Julio de 1793, Marat recibió dos cartas de Corday, en las cuales afirmaba ser una mensajera con información vital referida a una base de Normandía que los girondinos trataban de ocupar. Sin embargo, la falta de respuesta por falta de éste provocaron que Corday se personara finalmente en su domicilio.
La curiosidad de Marat al saber que la mujer autora de las cartas se encontraba en su puerta fue tal que la hizo pasar pese a encontrarse tomando uno de sus frecuentes baños.
Marat rapidamente tomó papel y pluma y se dispuso a anotar los nombres de los girondinos contrarrevolucionarios prometiendo que serían guillotinados al día siguiente.
Fue en ese momento, cuando Charlotte, sacó de entre sus ropas un cuchillo que acababa de comprar en una tienda de al lado y se lo clavó a Marat con desmesurada fuerza en el pecho. La puñalada fue tan certera que Marat falleció casi en el acto.
Corday, desde una edad temprana había sentido admiración por el movimiento girondino, más conservador y orientado hacia una monarquía. Es por tanto que veía en Marat, quien en esos momentos triunfaba en París, la personificación de aquello que más detestaba: los jacobinos.
Marat, por su parte, disfrutaba de pleno reconocimiento y sólo una molesta enfermedad de la piel que le causaba grandes picores que solamente podía calmar sumergiéndose en una bañera, parecía enturbiar su situación. Es desde esa bañera, donde Marat escribía la mayoría de artículos que solía publicar en su periódico "L'Ami du peuple".
El 13 de Julio de 1793, Marat recibió dos cartas de Corday, en las cuales afirmaba ser una mensajera con información vital referida a una base de Normandía que los girondinos trataban de ocupar. Sin embargo, la falta de respuesta por falta de éste provocaron que Corday se personara finalmente en su domicilio.
La curiosidad de Marat al saber que la mujer autora de las cartas se encontraba en su puerta fue tal que la hizo pasar pese a encontrarse tomando uno de sus frecuentes baños.
Marat rapidamente tomó papel y pluma y se dispuso a anotar los nombres de los girondinos contrarrevolucionarios prometiendo que serían guillotinados al día siguiente.
Fue en ese momento, cuando Charlotte, sacó de entre sus ropas un cuchillo que acababa de comprar en una tienda de al lado y se lo clavó a Marat con desmesurada fuerza en el pecho. La puñalada fue tan certera que Marat falleció casi en el acto.
La Muerte de Marat, obra de Jacques-Louis David.
Corday fue apresada poco tiempo después, y guillotinada el 17 de Julio, tan solo 4 días más tarde del asesinato.
En lo que respecta a Marat, su asesinato le elevó a la categoría de martir entre las capas más pobres de la sociedad y provocó la ejecución de numerosos cargos girondinos acusados de traición. De este modo su poder, pese a estar muerto aumentó logrando así más que con sus numerosos artículos.
Más allá de las repercusiones históricas, la ejecución de Charlotte tuvo una curiosa consecuencia. Se cuenta que tras ser guillotinada, el auxiliar del verdugo tomó la cabeza de Corday y como muestra de desprecio le propinó una bofetada. Las primeras filas fueron testigo entonces de como el gesto de la cabeza mostró una visible indignación, apareciendo a su vez un rubor ofendido.
Este suceso, dió lugar a una serie de investigaciones que determinaron que la guillotina es tan rápida en su ejecución que pueden transcurrir casi 30 segundos hasta que se comienza a producir la muerte "de la cabeza".
Como curiosidad ajena a la historia comentar que pese a estos estudios, no se pudo probar esto a ciencia cierta hasta 1905, cuando la cabeza de un reo guillotinado llamado Languille al caer, rodó por el suelo apoyándose sobre la base del cuello y cortando así la hemorragia. Durante un breve tiempo, la cabeza reaccionó abriendo los ojos y mirando cuando se le llamaba por su nombre.
En lo que respecta a Marat, su asesinato le elevó a la categoría de martir entre las capas más pobres de la sociedad y provocó la ejecución de numerosos cargos girondinos acusados de traición. De este modo su poder, pese a estar muerto aumentó logrando así más que con sus numerosos artículos.
Más allá de las repercusiones históricas, la ejecución de Charlotte tuvo una curiosa consecuencia. Se cuenta que tras ser guillotinada, el auxiliar del verdugo tomó la cabeza de Corday y como muestra de desprecio le propinó una bofetada. Las primeras filas fueron testigo entonces de como el gesto de la cabeza mostró una visible indignación, apareciendo a su vez un rubor ofendido.
Este suceso, dió lugar a una serie de investigaciones que determinaron que la guillotina es tan rápida en su ejecución que pueden transcurrir casi 30 segundos hasta que se comienza a producir la muerte "de la cabeza".
Como curiosidad ajena a la historia comentar que pese a estos estudios, no se pudo probar esto a ciencia cierta hasta 1905, cuando la cabeza de un reo guillotinado llamado Languille al caer, rodó por el suelo apoyándose sobre la base del cuello y cortando así la hemorragia. Durante un breve tiempo, la cabeza reaccionó abriendo los ojos y mirando cuando se le llamaba por su nombre.
Charlotte Corday siendo detenida por una multitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario