A lo largo de la escasa vida de este blog hemos hablado en más de una ocasión de curiosidades científicas e históricas, que han quedado reflejadas en una creciente colección de posts.
En esta ocasión continuaremos la saga de "Falsos descubridores" con un personaje , que al igual que en los casos anteriores; Bell y Marconi, no se trata tanto de un falso descubridor, como de un científico con una gran dosis de fortuna y una cierta visión comercial de la que carecían sus contemporáneos.
En esta ocasión hablaremos de Alexander Flemming, el hombre que pasó a la posteridad por el descubrimiento de la Penicilina.
Alexander Flemming.
Flemming, nacido en 1881 en Escocia, dedicó su carrera como médico al desarrollo y mejora de vacunas y sueros, con un especial interes por los tratamientos para las enfermedades infecciosas.
No obstante, el principal acicate para su posterior dedicación, fue su participación como médico en los frentes franceses durante la I Guerra Mundial, donde quedó impresionado por las horribles heridas infectadas de los soldados. Esto le implicó en la búsqueda de algún tratamiento antiséptico para evitar su horrible agonía.
Sin embargo, el origen de los principales descubrimientos de Flemming, están en un hecho mucho menos épico. Y es que Flemming era verdaderamente desordenado. tanto, que en su laboratorio era fácil ver infinidad de cultivos contaminados, productos mezclados y un sinfín de instrumental caóticamente descolocado.
Su primer gran descubrimiento, la lisozima, una enzima que daña las células bacterianas y que está presente en algunos fluidos corporales como la saliva o las mucosidades nasales, es fruto de un inoportuno estornudo sobre una placa que contenía un cultivo bacteriano, y cuya posterior observación le permitió comprobar, como en los alrededores de los restos del estornudo las bacterias habían sido destruidas.
Su segundo gran descubrimiento, y por el que pasó sin duda a la posteridad, es el descubrimiento de la Penicilina, base de los actuales antibióticos que salvan la vida cada año a millones de personas.
El origen de este nuevo descubrimiento guarda una cierta similitud con el de la lisozima, pues el 22 de septiembre de 1928, al revisar unas viejas placas de petri con cultivos de estafilococos, una de las especies bacterianas causantes de más enfermedades, antes de desecharlas, se dió cuenta de que estaban llenas de hongos.
En una de las placas, en las proximidades del hongo, la colonia de estafilococos mostraba una alta mortalidad, al analizar el hongo se percató de que pertenecía a la especie Penicillium notatum, con el cual experimentó hasta conseguir aislar una sustancia natural producida por el hongo "La Penicilina" de gran efecto antibiótico.
Su segundo gran descubrimiento, y por el que pasó sin duda a la posteridad, es el descubrimiento de la Penicilina, base de los actuales antibióticos que salvan la vida cada año a millones de personas.
El origen de este nuevo descubrimiento guarda una cierta similitud con el de la lisozima, pues el 22 de septiembre de 1928, al revisar unas viejas placas de petri con cultivos de estafilococos, una de las especies bacterianas causantes de más enfermedades, antes de desecharlas, se dió cuenta de que estaban llenas de hongos.
En una de las placas, en las proximidades del hongo, la colonia de estafilococos mostraba una alta mortalidad, al analizar el hongo se percató de que pertenecía a la especie Penicillium notatum, con el cual experimentó hasta conseguir aislar una sustancia natural producida por el hongo "La Penicilina" de gran efecto antibiótico.
Aunque Flemming expuso su descubrimiento a la comunidad científica, ésta no le dió mucha credibilidad, creyendo que sólo sería útil para tratar pequeñas infecciones.
No fué hasta la II Guerra Mundial, en 1945, cuando el ejercito estadounidense se interesó por la Penicilina convirtiéndose en lo que es hoy en día.
Como último dato destacable, decir que durante años, científicos como Pasteur, Lister o Tyndall ya habían apreciado las posibles aplicaciones del Penicilinum y que incluso años después se supo que un científico nicaragüense llamado Clodomiro Picado Twight, ya había trabajado con penicilina para sus estudios en la investigación de tratamientos contra venenos. Clodomiro, fué reconocido universalmente por dichos estudios, cuyos resultados además fueron publicados por la Sociedad de Biología de París en 1927, un año antes de los estudios de Flemming.
El conocimiento de estos estudios, han dado luhar a que a día de hoy, se considere al Dr. Picado como un precursor en el descubrimiento de la Penicilina.
No fué hasta la II Guerra Mundial, en 1945, cuando el ejercito estadounidense se interesó por la Penicilina convirtiéndose en lo que es hoy en día.
Como último dato destacable, decir que durante años, científicos como Pasteur, Lister o Tyndall ya habían apreciado las posibles aplicaciones del Penicilinum y que incluso años después se supo que un científico nicaragüense llamado Clodomiro Picado Twight, ya había trabajado con penicilina para sus estudios en la investigación de tratamientos contra venenos. Clodomiro, fué reconocido universalmente por dichos estudios, cuyos resultados además fueron publicados por la Sociedad de Biología de París en 1927, un año antes de los estudios de Flemming.
El conocimiento de estos estudios, han dado luhar a que a día de hoy, se considere al Dr. Picado como un precursor en el descubrimiento de la Penicilina.
Por tanto, podemos decir que Flemming, pese a todas sus capacidades como científico, necesitó una cierta dosis de fortuna en forma de casuales estornudos y viejas placas mohosas, que le permitieron, pese a no ser el primero en descubrir las propiedades de la Penicilina, pasar a la historia como pionero.
Por tanto sin desmerecer sus facultades como científico y analista a la hora de interpretar los resultados que obtuvo, de una forma casual eso sí, podemos incluir a Flemming en la lista de... Falsos descubridores.
Por tanto sin desmerecer sus facultades como científico y analista a la hora de interpretar los resultados que obtuvo, de una forma casual eso sí, podemos incluir a Flemming en la lista de... Falsos descubridores.
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