Seguro que de pequeños, muchos de nosotros hemos cantado a voz en grito el famosísimo Supercalifragilíticoespialidoso, o nos hemos desafiado con trabalenguas como el del cielo que siempre estaba enladrillado, engarabintuntintulado, emparangaricutirimicuarado o cualquier otra aberración que se nos ocurriera...
Pero ¿Cuál es la palabra más larga que existe?. Bueno, la respuesta no es sencilla, ya que habría que contemplar la existencia de infinidad de palabras de ámbito científico con dimensiones monstruosas. Desde el músculo esternocleidomastoideo y sus 24 letras, pasando por Hipopotomonstrosesquipedaliofobia, palabra on 33 letras de la que ya hablamos y que significa precisamente fobia a las palabras largas, hasta llegar a
Pentakismyriohexakisquilioletracosiohexacontapentagonalis, se trata de un polígono de 56.645 lados y nada menos que 57 letras.
Eso sí, la RAE, (Real Academia de la lengua Española), viene a sacarnos del brete, diciendo que no son válidas todas aquellas palabras derivadas de la yuxtaposición de vocablos griegos como términos científicos.
Por otro lado, tenemos que aunque durante muchos años fue considerada, como la más larga, la palabra anticonstitucionalmente con sus 23 letras, el hecho de ser un adverbio terminado en -mente, la excluye del diccionario de la RAE, valiendo únicamente su adjetivo anticonstitucional, que sólo posee 18. Menos mal, que recientemente ha sido aprobada y añadida la palabra electroencefalografista, que aparte de darle reconocimiento a los trabajadores encargados de hacer electroencefalogramas, nos permite subir al podio a esta estupenda palabreja de 23 letras.
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